En el siglo II d.de C. el imperio romano había llegado a su apogeo, tan poderoso y vasto como era posible imaginarse, para conservar el dominio de sus territorios necesitaba mantener grandes ejércitos distribuidos por todas sus fronteras. La ambición de poder por parte de los generales de estos ejércitos provocó grandes y sangrientas luchas por el poder. Cada general pretendía ser emperador. Además los soldados ya no eran fuertes, patriotas y disciplinados como lo eran antes y sumado a esto nos encontramos con un pueblo pobre y totalmente desmoralizado.
En el año 400 el imperio había disminuido drásticamente, no se conocen las causas, pero podría ser por plagas y por el consumo de agua que circulaba por conductos de plomo y que podía producir intoxicaciones masivas.
El imperio debía recaudar lo impuestos para poder mantener sus ejércitos, cosa que cada día se les hacía más difícil. La producción agrícola consecuentemente también decaía y Roma se vio obligada a depender de otras provincias, como las del norte de África, para subsistir. El ejército romano debió contratar hombres para sus ejércitos, casi todos ellos llamados: Bárbaros, que significa extranjeros (que no hablan la misma lengua).Había una elevada proporción de hombres extranjeros, sin arraigos patrióticos, en los ejércitos de Roma. Los esclavos, que representaban un alto porcentaje de la población, también eran bárbaros, es decir, el imperio estaba "barbarizado".
Ya en el año 395 d.C, Teodosio, fue el último emperador de todo el imperio, y que antes de morir dividió el imperio en Oriente, donde gobernaría su hijo Arcadio, con capital Constantinopla.
Y el otro imperio sería el de Occidente.
La capital del imperio de oriente fue la ciudad a la que llamó Constantinopla (Bizancio), fundada por Constantino, (actual Estambul), con la intención de asegurar la estabilidad del imperio. Roma fue la capital de occidente. Desde el año 375 d.C. los pueblos bárbaros comenzaron a invadir más seguidamente a Roma, ya que la veían disminuida y su vez, ellos debían huir de otro pueblo muy fuerte y guerrero que bajaba desde Asia y era comandado por su rey Atila: los hunos.
Además la antigua religión sufrió severos cambios y análisis. Ya que hubo una amplia difusión del Cristianismo, hasta el punto que Constantino, la declaró como religión oficial del imperio en el 330.El imperio de occidente día a día se vió más débil y consecuentemente más amenazada por los bárbaros. hasta que por último un jefe de los heráculos, llamado Odoacro, en el año 476 pone fin al imperio, tomando todo el poder terminando con este hecho la Historia Antigua.
Además la antigua religión sufrió severos cambios y análisis. Ya que hubo una amplia difusión del Cristianismo, hasta el punto que Constantino, la declaró como religión oficial del imperio en el 330.El imperio de occidente día a día se vió más débil y consecuentemente más amenazada por los bárbaros. hasta que por último un jefe de los heráculos, llamado Odoacro, en el año 476 pone fin al imperio, tomando todo el poder terminando con este hecho la Historia Antigua.
El occidente estuvo bajo una creciente presión por parte de las fuerzas invasoras bárbaras. La mayor ruptura hacia el interior del Imperio Romano aconteció en la segunda mitad del siglo cuarto. Guerreros feroces procedentes de Asia, conocidos como los hunos, penetraron en Europa oriental y ejercieron presión sobre los visigodos germánicos quienes, a su vez, se dirigieron hacia el sur y el oeste cruzando el Danubio hacia territorio romano, donde se establecieron como aliados romanos. Pero pronto los visigodos se rebelaron, y el intento romano por detenerlos en Adrianópolis, en el 378 provocó una derrota aplastante y la muerte del emperador Valente(364-378).
A partir de entonces un creciente número de bárbaros cruzó las fronteras. En el año 410, los visigodos, bajo el mando de Alarico, saquearon Roma. Los vándalos inundaron el sur de España y África, y los visigodos invadieron España y la Galia. Los vándalos cruzaron hacia Italia desde el norte de África y saquearon Roma en el año 455. Veintiún años más tarde el emperador de occidente, Rómulo Augústulo (475-476) fue depuesto y, en la parte occidental, una serie de reinos germánicos remplazaron al Imperio Romano.
A partir de entonces un creciente número de bárbaros cruzó las fronteras. En el año 410, los visigodos, bajo el mando de Alarico, saquearon Roma. Los vándalos inundaron el sur de España y África, y los visigodos invadieron España y la Galia. Los vándalos cruzaron hacia Italia desde el norte de África y saquearon Roma en el año 455. Veintiún años más tarde el emperador de occidente, Rómulo Augústulo (475-476) fue depuesto y, en la parte occidental, una serie de reinos germánicos remplazaron al Imperio Romano.
El fin del Imperio Romano ha dado margen a numerosas teorías que intentan dar una sola razón globalizadora para explicar “la decadencia y caída del Imperio Romano”. estas incluyen las siguientes: el énfasis del cristianismo en un reino espiritual debilitó las virtudes militares y el patriotismo romanos; los valores tradicionales romanos declinaron a medida que los no italianos ganaron más prominencia en el imperio; el envenenamiento por plomo, debido a que las tuberías de plomo para el agua y las copas causaron decadencia mental; la peste causó la muerte de una de cada diez personas de la población; Roma no logró un avance tecnológico debido al sistema de esclavitud; más aun, ni siquiera pudo lograr un sistema político que funcionara. Podría haber un punto de verdad en cada una de estas teorías pero también todas han sido cuestionadas. La historia es una red de intrincadas relaciones, causas y efectos. Nunca bastará una sola explicación para los eventos históricos.
Una cosa resulta clara: debilitado por la escasez de hombres, el ejército romano del oeste no fue capaz de repeler las hordas de pueblos que invadieron la Galia e Italia. En cambio, el Imperio Romano de Oriente, que sobreviviría otros mil años, pudo librarse en gran medida de las invasiones.
Una cosa resulta clara: debilitado por la escasez de hombres, el ejército romano del oeste no fue capaz de repeler las hordas de pueblos que invadieron la Galia e Italia. En cambio, el Imperio Romano de Oriente, que sobreviviría otros mil años, pudo librarse en gran medida de las invasiones.
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